LA TRIBU

SÓLO ES UN BEBÉ, NO UN ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA

Me causa verdadera sorpresa comprobar como un gesto que debería ser normal, y que probablemente lo sea en otras partes del mundo, genera tanta controversia en un país que se cree civilizado como el nuestro. Una diputada lleva a su bebé de pocos meses al congreso, mientras se constituyen las cortes,  y no contenta con eso, se permite el lujo de amamantarlo. Un coro de voces airadas se levantan contra ella, reacción tan desproporcionada que una se pregunta si estamos hablando de  un niño en el congreso o de un arma de destrucción masiva a punto de explotar en el hemiciclo.

Todavía me causa más estupor que otras mujeres y madres desaprueben su conducta, teniendo en cuenta que somos madres y sabemos lo que es tener un bebé y sus necesidades. No neguemos lo evidente, un bebé necesita a su madre las 24 horas del día, otra cuestión es que podamos o nos dejen dedicárselas. Uno de los argumentos es que existe una guardería de pago en el congreso. Claro, y también las niñeras y los muñecos de felpa.

La diputada se defiende, reivindica su derecho de a criar a su hijo con apego. Algunos se remueven incómodos en sus sillones, ¿qué es la crianza con apego? Pues un invento de estos hippies de Podemos. Pues no, señores. ¿Será una moda como la dieta Dukan? Tampoco. Se trata de una elección personal, un estilo de crianza.

La crianza con apego se basa en la teoría del apego del psicólogo británico Jhon Bowlby, que ya a mediados del siglo pasado, defendía que los niños permanecen en un estado de seguridad, ansiedad o temor en función de la accesibilidad y capacidad de respuesta de su principal figura de apego, la cual casi siempre es la madre. Cuanto más accesible y atenta es la madre más aceptado y protegido se siente el niño. Más tarde, en 1990 William Sears propone una serie de principios, que son las bases de la crianza con apego, como la lactancia materna, el contacto físico o atender a sus demandas, entre otras ideas.

Pero no sólo en el ámbito anglosajón se apoya a este modelo, uno de nuestros pediatras más reputados, Carlos González defiende este modelo de crianza. Afirma que en otros lugares del planeta las madres no se separan nunca de sus hijos y no está mal visto que acudan con él al trabajo o a su lugar de estudios. Considera palabras textuales que «es antinatural que los niños vayan a la guardería y sus padres los vean solo dos o tres horas al día«. ¿Exagera? La cuestión no es si los niños deben o no ir a la guardería, porque desgraciadamente muchas mujeres no tienen otra opción, ni siquiera las horas que pasan allí, que para una madre siempre serán demasiadas.

Sí, la teoría es estupenda y nos la sabemos. La cuestión es, ¿dónde están las ayudas qué nos permitan conciliar? ¿Se pueden llevar a cabo las recomendaciones de la crianza con apego en nuestra sociedad? Se puede, siempre y cuando no trabajes. Pero, ¿y trabajando? Pues muy difícil.

Seamos claros, vivimos en una sociedad en la que no se da visibilidad a las madres y a sus hijos, que aprueba que dejes a tu hijo en la guardería ocho horas al día, pero que observa con suspicacia que decidas tomarte una excedencia para cuidarlo. Y lo digo por experiencia propia.

Pero volviendo al congreso, encontramos diferentes opiniones: «es una acción con fines políticos», «partidista», «instrumentalizada», y un largo etc. Pues bienvenida sea, porque gracias a ella empezamos a debatir sobre problemas reales. Pero es que además, la propia diputada lo ha calificado así: «es un gesto simbólico por la reivindicación de todas las mujeres que tienen que poder conciliar vida familiar y personal y vida laboral y hoy día no pueden, que son muchas en nuestro país, millones de mujeres que se enfrentan solas a múltiples obstáculos».

Lejos de calmar la tormenta, sus palabras encienden aún más los ánimos y las redes arden con comentarios a favor o en contra. Y entonces me viene a la cabeza una expresión atribuida erróneamente a Cervantes, «Ladran, Sancho, señal que cabalgamos«

El presidente del Congreso califica la situación de anécdota y ahora soy yo la que me revuelvo en la silla. No señores, la conciliación no puede ser una anécdota, y menos en una sociedad en la que las mujeres se ven obligadas a dejar a sus hijos en una guardería a las 16 semanas de su nacimiento. No, no puede ser una anécdota, el hacer visible que compaginar la crianza con el trabajo es casi imposible.

En definitiva, podemos encarar este suceso de dos formas: con la pataleta del tipo esta señora es una privilegiada y patatán o celebrar que por un día las madres y sus bebés somos noticia.

P.D.: Aunque parezca increíble: debatir no está contraindicado por la OMS, no provoca cáncer, no sube el colesterol, ni es malo para la salud.

7 comentarios sobre “SÓLO ES UN BEBÉ, NO UN ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA

  1. Estoy de acuerdo contigo, ¿para cuándo leyes que nos permitan conciliar? Yo tuve que dejar a mi bebé en la guardería con cuatro meses y al principio lo pasamos fatal. Un abrazo y me encanta tu blog.

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  2. me gusta. podemos reflexionar también sobre los derechos de los niños… ¿los respetamos? luego no nos quejemos de que «no nos respetan» como diria mafalda «vosotros lo hicisteis primero-
    No olvidemos que los niños no piden venir, si los traemos tenemos que protegerlos y luchar por sus derechos,
    El cuidado a tiempo total de un bebe, es cuestion de derechos… el apego es un derecho ¡ y más¡

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    1. ¡Qué grande eres, Pilar! Y que afortunada soy de haberte conocido. Tienes toda la razón, debemos defender nuestro derecho de criar a nuestros hijos con apego. Un beso muy grande y gracias por comentar que sé que siempre andas muy liada.

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  3. ¡Bravo! Yo también escribí sobre el tema y creo que coincidimos 😉 Aunque solo sea por la visibilidad del tema fue un gesto importante. Y luego está el asunto de que parece que cuando una mujer toma decisiones libremente tenga que ser cuestionada por todo el mundo…

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    1. Creo que contigo he encontrado un alma gemela, estábamos destinadas a conocernos. Estamos de acuerdo en todo, jejeje. A los hombres no se les cuestionan sus decisiones como a nosotras. Voy a pasarme a leer tu entrada. Un beso enorme.

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  4. Desde hace menos de un siglo, las mujeres nos incorporamos al mundo del trabajo bajo una lógica organizada por los hombres. Ellos trabajaban, mientras las mujeres se quedaban en casa cuidando a los niños. No sólo hay que pelear por una verdadera conciliación familiar-laboral, sino por nuevas estructuras que no respondan a la lógica del patriarcado, donde son siempre las mujeres y los niños los que pierden.
    En Argentina, las mujeres tenemos sólo 3 meses de licencia y muchas veces, por el tipo de trabajo o el largo trayecto desde casa, deben tomarse un mes antes del nacimiento, con lo cual se reincorporan cuando el bebé tiene 2 meses. Y los padres tienen sólo 2 días de licencia. Como si ellos no tuvieran nada que hacer ni en qué ayudar o ganas de quedarse con el bebé más días en casa!

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