EDUCACIÓN

SIN TU COMPLICIDAD NO SON NADIE

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Primavera de 2014. Esa mañana leemos en clase y debatimos un texto que trata sobre el acoso escolar. La dinámica es la misma en los dos 2º de la ESO a los que imparto clase. Sin embargo, la reacción de los alumnos ante un mismo discurso es completamente diferente en un curso que en otro.

Primero, digamos que tengo clase con 2ºA. Tras leer el texto se abre el turno de debate y se hace un clamoroso silencio. Planteo algunas preguntas, trato de buscar feedback, sin embargo nadie quiere hablar, es más, no tienen nada que decir, se encogen de hombros, miran para otro lado. Mis preguntas resultan incómodas. ¿Por qué?

Sigo adelante y explico que no denunciar una situación de acoso te convierte en cómplice del acosador. Es evidente que hay voces en contra, pero nuevamente parece que el muro es sólido. Entonces tímidamente una mano se levanta. Una alumna me dice que no está de acuerdo con lo que digo. Le pido que se explique. Entonces me dice indignada que ella no es cómplice por no contar que alguien sufre acoso. Que eso es ser un chivato y que ella no es una chivata. Insisto en mi argumento. Si no lo cuentas estás perpetuando. Pero ella insiste en que no tiene porque meterse en los asuntos de los demás.

Es la única que es sincera, porque el resto piensa lo mismo, pero no lo dice. Suena el timbre y los alumnos salen hacia el recreo y yo me quedo recogiendo mis cosas. Este tedio y falta de empatía me hace sospechar que algo está pasando. Sólo me queda comentárselo a la tutora y observar con los ojos muy abiertos.

Última hora: 2ºB. Empleo el mismo procedimiento. Leemos detenidamente y luego abrimos turno de debate. Sin embargo, no ha acabado el texto y ya se han levantado algunas voces que dicen que a ellos también les ha pasado lo mismo. En cincuenta minutos, más de la mitad de la clase puede referir alguna situación de acoso en su vida. Y lo que es mejor, lo cuentan sin ningún pudor y lo comparten con el resto de compañeros.

Incluso aquella alumna que nunca participa y que se niega a hacer nada, la malota de la última fila, levanta la mano y cuenta como fue acosada por una chica mayor que ella. No hay rechazo ante el argumento de que mirar para otro lado te hace cómplice, al contrario, más de uno ha defendido a un compañero acosado. ¡Ole por ellos! Cuando acaba la sesión todavía queda algún alumno que se acerca a contarme su caso.

Dos semanas más tarde, se descubre un caso de acoso, ¿En qué clase creéis que se está produciendo? Efectivamente: en 2ºA. Ese silencio era muy sospechoso, por no decir que eran las llamas de un incendio.

Estos hechos me hicieron reflexionar entonces y vuelven a suscitar mi reflexión estos últimos días cuando tanto se habla de violencia escolar. Un niño se suicida en Madrid y yo siento que algo en nosotros también muere. ¿Por qué no pudo evitarse? Como es noticia, los medios se hacen eco y una procesión de opinólogos desfilan por el televisor.

Se escucha eso de que todos debemos luchar contra el acoso escolar, eslogan que tiene tanta fuerza como decir quiero comerme un filete y que tienen tanta utilidad, así planteado en abstracto, como predicar en el desierto. El acoso escolar existe, son chavales con nombre y apellidos los que acosan a otros que también tienen nombre y que sufren el desprecio gratuito de seres cobardes e inmaduros.

Por supuesto, nadie quiere hablar de responsabilidad. Parece que el acoso es una fuerza insondable de la naturaleza, imposible de prevenir, complicada de detectar y difícil de solucionar. Esta pasividad sólo beneficia al que acosa, que tiene absoluta libertad para seguir imponiendo su ley.

Mañana los focos se apagan y queda la tragedia de unos padres que han perdido a un hijo y que se preguntaran el resto de su vida porqué. Pues porque no se han hecho las cosas bien, porque se ha permitido a los acosadores hacerse fuertes en su feudo y perpetuar la vergüenza.

Porque los que podían hacer algo han mirado hacia otro lado como los alumnos de 2ºA. Porque los profesores de este niño tampoco han hecho su trabajo de identificar la situación y poner solución . El acoso escolar es muy sencillo de percibir, solo hay que abrir los ojos y escuchar a los alumnos. En mi experiencia como docente me he encontrado con situaciones de acoso y mi respuesta ha sido siempre tolerancia cero.

Pero volvamos a 2ºB. ¿Qué está pasando para que un grupo de alumnos tan grande admita haber sufrido acoso escolar en alguna ocasión?  Igual es que es más habitual de lo que pensamos y que además no es típico de niños mal adaptados. Hasta uno de los chicos más respetado en clase, contó que había sido acosado en el colegio.

También se reiteran los tópicos. Todavía se culpabiliza al niño acosado: algo habrá hecho, es que es muy pedante, es un resabido. No sabe defenderse. Comentarios así he tenido que escucharlos incluso por parte de compañeros de profesión. ¡Es indignante!

Otra idea equivocada es pensar que el niño acosado tiene una baja autoestima, lo que no es cierto. Son los acosadores los que tienen una personalidad inmadura, agresiva y una baja autoestima, que les lleva a intentar machacar a otro para sentirse mejor. Suelen ser chavales con problemas para relacionarse que sólo saben brillar a través de la burla y la humillación. Por supuesto, su falta de empatía es total. Se trata siempre de un cobarde que se esconde entre la inmensa mayoría. Nunca dará la cara y admitirá de forma directa lo que hace.

Los padres del acosador tampoco son una ayuda. Pasando por mi niño no es así, no hace esas cosas, era una broma, no pasa nada por burlarse de otro, es una exageración, se ha sacado la situación de contexto y comentarios parecidos. Los padres del acosador minimizan la mala conducta de su hijo, la califican de chiquilladas o conflictos sin importancia. Con esa actitud refuerzan las acciones de su pequeño que cree que puede actuar con total impunidad. Total mis padres siempre me van a creer. Ese apoyo a una conducta reprobable se produce por una mal entendida protección. Tema que daría para mucho pero del que no voy a hablar hoy.

Con los compañeros mirando para otro lado, los profesores a otra cosa y con los padres culpabilizando al acosado, el niño que sufre acoso se siente en un soledad absoluta. ¿Qué pensarán sus padres de él si cuenta lo que pasa? Como siente vergüenza, el niño opta callar. Con todos en silencio la dictadura del terror se impone y el estigma crece día a día.

Sin embargo, puede romperse y debe romperse esa dictadura del terror. Muchos alumnos temen denunciar y ríen las burlas del acosador por miedo a convertirse en el foco de sus comentarios. Es el terror el que mantiene este sistema en pie. Su silencio es la condena del que sufre acoso porque los acosadores se hacen fuertes con el silencio de los otros. Pero estos otros son cómplices y también responsables. Sí, es duro esto que digo, pero es la verdad.

No se trata sólo de enfrentarse directamente al acosador, siempre se puede ir a Jefatura de estudios y comentar la situación, hablar con un profesor con el que tengan confianza, acudir al orientador o comentárselo a sus padres. El anonimato está garantizado y nos ponen sobre la pista a los profesores, nos avisan de que algo sucede y podemos intervenir. Somos todos parte activa, la omisión de socorro también es una acción. Pero esto es un ataque muy directo a la autoestima y es una verdad incómoda.

¿Cuál es la solución? Educación y concienciación en todas las etapas educativas y tolerancia cero a determinados comportamientos. ¿Cómo se hace eso? Actuando de forma contundente: destapando la situación de acoso, con mucho diálogo, visibilizando el problema y aislando al acosador. Sin la complicidad del resto no son nadie.

El resto incluye a los alumnos, los profesores, los padres y todos los que formamos parte de la comunidad educativa. Podemos hacer mucho para prevenir el acoso, pero es necesario compromiso y actuación.

Así que cuando veamos a cuatro mocosas marginando a una compañera, intervengamos y no pensemos que es cosa de niños. Eso implica también no decirle a tu hijo que hace mal por defender a un amigo y que debe preocuparse de lo suyo. Luego no nos quejemos porque los chicos son individualistas. Rompamos el tabú sobre el acoso y escuchemos a nuestros hijos. Y por encima de todo dialoguemos, dialoguemos y no dejemos de dialogar con ellos.

Podemos y debemos luchar contra el acoso escolar educando a nuestros hijos en el respeto hacia los demás, en la empatía hacia el sufrimiento de otros y en la confianza en sí mismos.

34 comentarios sobre “SIN TU COMPLICIDAD NO SON NADIE

  1. Me parece tan importante hablar de ello en los colegios, tratar de evitar el problema antes de que ocurra. Cuando yo estaba en 5°, el matón de la clase me tenía amargada. No hasta el punto de querer acabar con mi vida pero si de odiar el colegio. Recuerdo que una profesora me vio escondida entre los árboles del colegio y me preguntó que hacía. Le dije que siempre esperaba ahí a que el se fuera, para que no me viera. Y yo, me iba la última del colegio. Me dijo que eran tonterías, me hizo salir y me prohibió esconderme más. Ella no tenía ni idea. El camino a casa era horrible porque el hacía el mismo, y me iba pegando, empujando, insultando.. No se lo deseo a nadie. Por suerte ni hijo va a un cole de tan sólo 15niños,qje más que colegio es familia. Aquí no hay acoso, aquí todos son primos, amigos y vecinos. No sabes la tranquilidad que es eso.

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    1. Jo, cuanto siento que pasases eso de pequeña! Esa profesora hizo muy mal su trabajo. También te digo que antes era todo muy rancio. Si un alumno era acosado no tenía ningún apoyo. Afotunadamente, las cosas han ido cambiando, aunque sea aún insuficiente. Me alegro que tu peque este escolarizado en un sitio familiar. Un beso muy grande y gracias por comentar.

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  2. YO también soy profe pero de niños más peuqeños. Lo del acoso escolar es una pena. Ahora estamos viviendo un caso en el cole con niños más mayores y es aterrador. Cuando le cuentas a los padres del acosador lo que ha hecho su hij@ no se lo creen, echan la culpa al otro niñ@ y no quieren ver la realidad.
    Me da mucha pena que pasen estas cosas y son más frecuentes de lo que nos creemos. Creo que tener 28 niños en una clase no te permite trabajar tanto individualmente con ellos y también influye en no tener una hora de tutoría. Si lo trabajásemos desde pequeños creo que la cosa podría cambiar.
    Besos

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    1. Tienes toda la razón. Yo también he vivido situaciones así, en las que los padres del acosador tapan el sol con un dedo. Son incapaces de entender que su angelito es un matón. Desde luego, que los ratios por clase que tenemos no ayudan. Por eso es tan importante, como tú dices, la educación desde pequeños. Espero que la situación que comentas del cole se solucione, sobre todo, por el bien del niño acosado. Un abrazo y gracias por comentar.

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  3. Qué situación tan difícil de resolver y a la vez tan importante. En mi época no se llamaba acoso escolar ni se hablaba tanto de ello, pero dolía igual. Siempre estaba el «malote» de la clase que se metía con la «empollona». Pero la gente no se movía tanto.
    Por desgracia, muchos años después, lo he visto como profesora de prácticas. No sé si es porque yo sé lo que es, pero se lo comenté a la tutora y no le dio más importancia y aunque volví a insistir, me repitió que «son cosas de niños». Sé que la niña se cambió de colegio y después de mucho tiempo sigo pensando que ojalá me hubiera atrevido a hacer algo más, a pasar por encima de la tutora que no me escuchó y buscar apoyo en otros docentes… Pero me imagino que me lo impidió la edad o ser tan «novatilla»…

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  4. Es un tema que me da miedo , tuve la suerte de no pasar por eso, pero me da miedo por mi hija , en casa debemos fomentar la confianza y como dices la empatía y observar muy bien cualquier cambio en nuestros peques

    A penas mi hija tiene 3 y es el próximo septiembre que va a un preescolar, espero todo vaya bien. Aunque son pequeños desde ya hay que enseñarles cosas como que su nombre es muy bonito y no acepte apodos y cosas así

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    1. Hola guapa! Muchas gracias por leerme. Es normal que tengas miedo, es un tema complicado. Te doy una serie de claves para detectar que un niño sufre acoso: no quiere ir al colegio, tiene pesadillas, se muestra triste y taciturno. Hay más, pero estás son básicas. Sobre todo, si el niño hasta ese momento ha ido encantado al colegio, o por ejemplo, ha sido siempre un niño muy alegre. Por cierto, de este finde no pasa que me pase por tu blog. Un abrazo.

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  5. Totalmente de acuerdo, este tema no puede ser ignorado bajo ningún motivo, una burla inocente de un día puede tener consecuencias graves…
    Pero claro con padres que incitan a sus hijos a pegar por miedo precisamente a que sean ellos los agredidos, que esperamos…
    En fin educarles es lo más importante en la empatía y el respeto! Un saludo

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      1. Claro a ver si es que los profesores dicen que hay que contarles pero entonces eres un chivato…
        Los padres no quieren que se metan por si salen ellos mal parados y encima muchos fomentan la violencia.
        Mi hijo ya me ha venido varias veces con estas cosas y es difícil ser justa y educarle en este sentido, a nadie nos gusta que abusen/ peguen a nuestros hijos!!

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  6. La verdad es que el tema es muy complicado. Por eso es tan importante que los padres estén concenciados con este tema y sepan manejarlo. No es la primera vez que se lía todavía más gorda porque los padres de uno y otro se meten de por medio. Por no hablar de aquellos que proponen resolverlo todo a guantazos. En fin, queda mucho camino por hacer. Un abrazo.

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  7. Es un tema muy triste. La noticia del niño que se suicidó es lo peor que nos puede pasar como padres, como educadores, como sociedad. Es trabajo de todos velar para que nuestros hijos no sufran acoso pero tampoco que lo provoquen o que lo ignoren. Hemos de conseguir que crezcan felices, inocentes y que maduren cuando les toque madurar. Un abrazo y gracias por la reflexión

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  8. Muy interesante. Yo sufrí acoso escolar en el colegio y lo recuerdo como una etapa dura pero, con la intervención de los profesores y de mis padres, que estuvieron muy avispados, lo superé yno sólo eso, sino que salí siendo más fuerte que aquellas personas que me acosaban. Creo que es fundamental que los profesores estén alerta y sepan intervenir de la manera correcta cuando les corresponde. Está bien incentivar este tipo de dinámicas ¡Ole por 2ºB y ole por ti!

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    1. Siento muchísimo que tuvieras que pasar por eso. Pero me alegro mucho de que salieras siendo más fuerte. Como digo en el post es más habitual de lo que pensamos. Por eso es tan importante tomar conciencia de este problema. Muchas gracias por tus palabras, este es un tema que siempre trabajo en clase. Ese 2ºB daba mucha guerra pero sabían muy bien donde estaban los límites y no permitían situaciones de acoso. Un abrazo.

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  9. Una situación horrorosa con resultados, a veces, trágicos. El problema, aparte del miedo de los niños que se «chiven» a que el acoso se vuelva hacia ellos, son los padres de los niños acosadores. Estos niños vienen así de casa, criados y educados de esa manera pero para sus padres son perfectos y la educación que le han dado a su retoño también lo es; es una mentalidad que habría que cambiar y trabajar.

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    1. Una de las claves del problema es esa. Los padres muchas veces no son capaces de aceptar que su hijo ha tenido un mal comportamiento y defienden los actos de su hijo a capa y espada. Hay que hacer un trabajo de concienciación que no siempre se hace. Que el acoso escolar deje de ser un asunto privado y se convierta en un tema que nos concierna a todos. Un abrazo y gracias por comentar.

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  10. Buff, este tema me toca la fibra sensible. Como bien dices, es un problema de todos, tan responsable es el acosador como los que consienten o relativizan la situación. Yo en el cole lo pasé muy mal por algo así y la complicidad del resto de la clase dolía un mundo.

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  11. Siento que sufrieses una situación parecida. La falta de empatía del resto y el pasotismo de los compañeros es de las cosas que más me enfadan. No hacer nada también les convierte en responsable y sólo sirve para hacer fuerte al acosador. Este argumento es de los que más trabajo en clase porque creo que es una clave importante para erradicar este problema. Si los compañeros no permiten que se le falte el respeto a otro, el acosador no puede actuar. Un beso enorme.

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  12. durante años se ha evitado hablar del tema y en los colegios lo unico que dicen siempre es: es que los niños son muy crueles. Pues debo decir que yo nunca fui una niña cruel y sin embargo salia llorando del colegio porque mis compañeros decian que les daba asco mirarme a la cara por el acné. Todos callaban y nadie me defendia. ¿para qué? era mas divertido verme sufrir y reirse de mí.

    Cada vez que veo casos de estos en la tele, me acuerdo de mis años de colegio que afortunadamente para mí teminaron porque el colegio al que iba no podía dar clases de secundaria y nos trasladaron a todos, en bloque, a un instituto. Profesores nuevos y alumnos nuevos que empezaron a verme con otros ojos y que se convirtieron en mis nuevos amigos.

    Tardé mucho en asumir que yo no era rara, ni distinta, ni fea. Tardé en poder mirarme al espejo y poder gustarme. Pero tras muchos años lo consegui. Los niños son muy crueles si… pero lo son si no les enseñas. EDUCACIÓN YA!

    A mis 30 tacos, estoy orgullosa de ser lo que soy y sinceramente me dan mucha pena mis antiguos compañeros de colegio… Los colegios deberían hacer algo para que en la niñez, los niños sean felices, no para que eso parezca una guerra. mass educación, mas recursos a ocuparse de los asuntos sociales del colegio. Mas actividades que unan a los crios.

    Un besito!

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    1. Me ha emocionado tu historia. No es justo lo que pasaste de niña pero desgraciadamente es más habitual de lo que pensamos. Por eso, como tú dices, es tan importante la educación. No son cosas de niños, nosotros como educadores y padres tenemos una responsabilidad. Podemos y debemos cambiar las cosas. Sin la complicidad de los que callan esos cobardes que humillan no valen nada. Un beso muy grande.

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  13. Nunca había leído un artículo tan exhaustivo y sincero sobre el acoso y es muy necesario porque hay que tomar conciencia de ello, conocer las causas y buscar las soluciones sin centrarnos en culpar a nadie. Me ha encantado el enfoque y la claridad con la que has visto el problema, te voy a pedir permiso para difundirlo por el Facebook, porque merece toda la difusión posible, un beso

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  14. Lo que es triste de verás es que tengas un hijo que acose y no hagas nada para remediarlo, con la tonta excusa de que son cosas de críos, me pone mala, de verás.
    En cuanto a tu silenciosa clase… no es otra cosa que miedo y habría que ver si es más grande ese miedo o el de perder a un compañero.
    Un abrazo muy fuerte.

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  15. Uno de los problemas es que muchos de los padres que tienen hijos acosadores no quieren admitirlo. Si tu hijo es un acosador, tú como padre quedas en muy mal lugar, algo habrás hecho mal para que haya pasado. Es mucho más fácil alegar que es una exageración o que el niño acosado se lo ha inventado. Si estuviéramos más concienciados con este problema, la prevención del acoso escolar empezaría en casa. La verdad que este es un tema que tiene muchas aristas.
    Muchas gracias por comentar. Un abrazo.

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  16. Totalmente de acuerdo. Es responsabilidad nuestra como padres y como maestros intervenir cuando veamos un acoso escolar. Felicidades, muy buen post. Saludos 😉

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